La entrevista Francisco Giménez Plano, Consultor

Miércoles, 17 de junio del 2009  GASPAR HERNÀNDEZ

–¿La meditación puede tener un papel en la empresa?
–Ya lo tiene. Hemos realizado un estudio que concluye que uno de los aspectos peor manejados por los directivos es el estrés. A partir de ahí, hacen falta nuevas técnicas y nuevos hábitos. Y la meditación puede ser uno de ellos.
–¿De qué forma?
–Buscando espacios de silencio.
-Pues qué bien: estamos a favor del silencio.
–Se trata de que el directivo, desde ese espacio de silencio, pueda mirar el entorno como un observador imparcial. Y también conectar consigo mismo, con su propósito, con su misión, y con sus valores. Y observar cómo sus acciones están de acuerdo o no con ellos. La meditación te convierte en un observador desimplicado. Los directivos, de esta forma, miran con ecuanimidad sus acciones.
–Lo pueden hacer sin meditación.
–Exacto, es algo que sabemos hacer los seres humanos. Acabamos una conversación y pensamos: debería haber dicho aquello, o tendría que haber reaccionado de forma diferente. Sabemos hacerlo, pero la meditación nos ayuda a conectar mejor con nosotros mismos, y a crear un espacio para nuestra calma interna.
–Y reduce el estrés.
–Sin duda. Nosotros aconsejamos la meditación a los directivos. Hay compañías muy importantes que ofrecen ese espacio de tranquilidad y reflexión no solo para directivos; también al resto de trabajadores.
–El estrés es el gran problema, aparte de la crisis.
–Muchos directivos tienen dificultades para descansar, para dormir, para relajarse durante los fines de semana. Y en época de crisis se ha acentuado. Y se ha trasladado a otros niveles de las empresas. Han aumentado mucho las bajas por estrés o ansiedad.
–Son la segunda causa de baja.
–Aunque sea por razones económicas, ya vale la pena invertir en gestión de las emociones en las empresas. Tendría un impacto enorme.
–¿De qué se trataría, exactamente?
–De desarrollar la inteligencia emocional y espiritual en las empresas.
–¿Inteligencia espiritual?
–Consiste en el manejo de los propios pensamientos, de los sentimientos y las emociones en relación con los demás y con uno mismo. Esa es la clave para manejar los niveles de presión y el estrés al que habitualmente estamos sometidos.
–¿También el estrés provocado por la incertidumbre en plena crisis?
–El que genera la incertidumbre solo puede combatirse con una conciencia de uno mismo más elevada.
–¿?
–Se trata de discernir aquello sobre lo que tienes control y aquello sobre lo que no tienes control en tu vida. Y discernir qué intención puedes poner para crear una realidad u otra. El miedo genera miedo, y resistencias. El optimismo, la alegría, la energía, el impulso, generan una intención y una realidad totalmente diferente en las empresas.
–¿Y el futuro?
–No podemos controlar el futuro; el futuro llegará de cualquier forma.
–¿Qué podemos hacer?
–Manejar nuestro presente, el aquí y ahora. ¿Qué estoy pensando en este momento? ¿A qué contribuye ese pensamiento? ¿Qué emoción me genera? ¿Qué impacto va a tener lo que yo haga desde esa posición personal? Eso es en lo que podemos influir. No en otra cosa.
–¿Cómo casan management y espiritualidad?
–El management se enfoca en los recursos que tienen que gestionar los directivos de una organización, ya se trate de un quiosco o de una gran empresa. Trascendiendo el management está el liderazgo, que tiene que ver con el crear un futuro, una visión, con soñar algo y compartirlo con los demás.
–¿Y la espiritualidad?
–Para mí el termino espiritualidad no es religioso; tiene que ver con el sentido que le damos a las cosas. Con la trascendencia de lo que hacemos, más allá de nosotros mismos. Cualquier actividad, ya sea empresarial o personal, la podemos ver como una tarea aislada o como parte de algo mayor. El sentido del trabajo lo encontramos cuando forma parte de algo mayor. Hay empresas con propósito, más allá de los propios beneficios, que son capaces de construir comunidad.
–¿Qué es construir comunidad?
–Superar el binomio material de la relación. Los pagos y contratos no generan emoción. En el momento en que alguien te pague algo más, cambiarás de compañía. Cuando te ofrezcan un producto de un precio inferior, comprarás ese producto. Trascender el binomio material supone generar una emoción social; plantearse para qué más sirve ese producto, qué valores hay detrás.